El País Vasco rechaza la aportación de 800.000 euros para mejorar las bibliotecas escolares
El Ministerio de Educación decidió repartir 25 millones de euros entre las comunidades autónomas para mejorar la dotación de las bibliotecas escolares de los centros de enseñanza pública a finales de 2005. El Gobierno central quería ponerse manos a la obra cuanto antes para avanzar en uno de los objetivos fundamentales de la LOE: la mejora de la destreza lectora de los alumnos como una forma de evitar el fracaso escolar. El acuerdo del Consejo de Ministros que puso en marcha la convocatoria de ayudas a las autonomías aclaraba que las subvenciones, dirigidas a centros que imparten Bachillerato y Formación Profesional, irían destinadas a crear «bibliotecas modernas», con «mejores y mayores fondos documentales en formato impreso y digital, con acceso…
El Ministerio de Educación decidió repartir 25 millones de euros entre las comunidades autónomas para mejorar la dotación de las bibliotecas escolares de los centros de enseñanza pública a finales de 2005. El Gobierno central quería ponerse manos a la obra cuanto antes para avanzar en uno de los objetivos fundamentales de la LOE: la mejora de la destreza lectora de los alumnos como una forma de evitar el fracaso escolar.
El acuerdo del Consejo de Ministros que puso en marcha la convocatoria de ayudas a las autonomías aclaraba que las subvenciones, dirigidas a centros que imparten Bachillerato y Formación Profesional, irían destinadas a crear «bibliotecas modernas», con «mejores y mayores fondos documentales en formato impreso y digital, con acceso a Internet, y recursos de audio y vídeo». Las autoridades educativas españolas intentaban también acercar «a los alumnos de las familias más desfavorecidas a las nuevas tecnologías».
Los 25 millones se distribuirían entre las autonomías en función de su número de alumnos y centros públicos de enseñanza. Según ese baremo, a la comunidad autónoma vasca le correspondían 800.000 euros. Aceptar la subvención comprometía a los responsables educativos de cada gobierno regional a invertir la misma cantidad que recibían del Ejecutivo central en los tres años siguientes en sus bibliotecas escolares.
La comunidad autónoma vasca fue la única de España que rechazó las ayudas. Expertos del Departamento de Educación estudiaron la oferta del Ministerio y decidieron no aceptarla porque las bibliotecas de las más de 600 escuelas e institutos de la red pública vasca «están bien dotadas», indicó ayer un portavoz de la Consejería.
Los portavoces de Educación resaltan, además, que aceptar esa ayuda hubiese obligado al Gobierno vasco a invertir otros 800.000 euros en tres años en unos servicios que «no tienen necesidad». «La parte de la ayuda que se podía dedicar a la adquisición de material multimedia era menor, el proyecto iba principalmente dirigido a los libros», argumentaron.
«Nos ha sorprendido la decisión del Gobierno vasco de no entrar en el reparto porque todas las autonomías recibieron el dinero con agrado», señalaba ayer un portavoz del Ministerio de Educación. Subrayó que el Gobierno central decidió «rascarse el bolsillo» -el dinero lo obtuvo mediante un crédito extraordinario- por la gran importancia que da la reforma educativa a la lectura. «La LOE es la primera ley que reserva un artículo para las bibliotecas escolares. Hace hincapié en la necesidad de mejorar la dotación de estos espacios para fomentar el hábito de la lectura», añadieron.
El gremio de editores del País Vasco ha mostrado su malestar con la decisión de Educación. Hace tres meses enviaron cartas al consejero de Educación, Tontxu Campos, a la consejera de Cultura, Miren Azkarate, y a la vicelehendakari Idoia Zenarruzabeitia para que explicaran los motivos por los que Euskadi se quedó fuera. «Aún esperamos una respuesta», se quejan.