Cuestionario librero 69: Eva Puyó
“Mi padre” fueron y son las dos primeras palabras del primer cuento del primer y, hasta hoy, único libro de Eva Puyó (Zaragoza, 1976), Ropa tendida, publicado por Xordica en 2007. Y a su padre, de forma monográfica, dedicará inminentemente la autora Todos mis anhelos, el libro que, por fin, tras casi tres lustros de […]
“Mi padre” fueron y son las dos primeras palabras del primer cuento del primer y, hasta hoy, único libro de Eva Puyó (Zaragoza, 1976), Ropa tendida, publicado por Xordica en 2007. Y a su padre, de forma monográfica, dedicará inminentemente la autora Todos mis anhelos, el libro que, por fin, tras casi tres lustros de espera, publicará en abril en la misma editorial, y sobre el que algo nos adelanta Eva Puyó en la última pregunta de este “cuestionario librero”, lanzada por Chema Aniés, de la Librería Anónima (Huesca). Entre tanto, Puyó, aparte de dedicarse a su trabajo en una biblioteca municipal de su ciudad, ha editado dos libros de su amigo Félix Romeo: los cuentos de Todos los besos del mundo, junto a Chusé Raúl Usón, y los artículos de Por qué escribo, junto a Ismael Grasa. Eva nos cita en la ribera del Ebro, un lugar importante para ella, y allá, junto al agua, le entregamos el “cuestionario”.
[Fotografía: Eva Puyó, en Zaragoza, 5 de enero de 2021. Fotografía de Juan Marqués.]
¿Cuál fue el libro que inoculó en ti el veneno de la lectura?
Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain. Cuando era pequeña, mi madre me leía por capítulos una adaptación de esta novela antes de dormir.
¿Hay algún personaje de novela al que te gustaría parecerte (o te hubiera gustado cuando lo leíste)?
De adolescente leí Mujercitas, de Louisa May Alcott. En su momento me identifiqué con el carácter independiente y alejado de los convencionalismos de Jo, que acaba siendo escritora, sin sospechar que yo misma lo sería años más tarde.
¿Cómo eliges tu siguiente lectura? ¿Qué peso tiene la selección de la librería o la recomendación del librero / de la librera en tu decisión de compra?
Debido a mi trabajo como bibliotecaria procuro estar informada de los libros que van saliendo a través de suplementos literarios y reseñas en internet. También me fío de las opiniones de algunos amigos. No obstante, para elegir mis lecturas me gusta ver y tocar el libro con mis propias manos, hojearlo un poco… Y eso sólo lo puedo hacer en una librería. Reconozco que no suelo preguntar al librero, sino que más bien prefiero ir a mi aire. En ese sentido, una buena selección es fundamental. Encontrar el libro que me gusta tiene algo de flechazo.
Sé valiente, por favor: ¿qué lectura “insoslayable” tienes todavía pendiente?
La Odisea, de Homero.
¿Sabes de algún libro extranjero que habría que traducir con urgencia, o alguno descatalogado o muy desconocido que haya que reeditar para bien del mundo?
Seguro que hay muchos, pero prefiero destacar una reedición reciente: Las cuatro novelas, de Félix Romeo, en Plot, con prólogo de Daniel Gascón.
Algún vicio inconfesable sobre libros (subrayar, tirar a la basura, robar, gastarte lo que no tienes, esconder los libros que compras para que no te riñan en casa, hacer listas y hasta estadísticas con los libros que lees, leer hasta el ISBN y el colofón…)
Aunque en la biblioteca donde trabajo ordeno los libros siguiendo las clasificaciones habituales del gremio, en mi casa los organizo más bien por criterios sentimentales. Los libros de los autores amigos, a quienes quiero y admiro, están en una estantería del pequeño estudio donde trabajo. Así, cuando escribo los tengo cerca. Si en algún momento tengo la tentación de “ponerme un poco estupenda” en algún pasaje, me basta una mirada o un rápido hojeo a alguno de estos libros para intentar volver otra vez a la senda del tipo de escritura que me gusta.
Define tu perfil de librero/a ideal: tímido/a, parlanchín/a, con un ordenador en la cabeza, sabelotodo, a la última, clásico/a…
En las librerías que visito habitualmente en Zaragoza o en Huesca, los libreros son por lo general amigos. Me cuesta imaginar “un librero ideal”, así, en abstracto. Diría que me gustan los libreros que conozco porque son muy buenos en su oficio, generosos, divertidos y respetuosos a un tiempo.
¿Qué tiene que tener una librería para que te apetezca volver a ella?
Como he dicho antes, una buena selección de libros, tanto de novedad como de fondo.
Recomiéndanos, por favor, un clásico (o varios), y un libro reciente.
Como clásico español, recomendaría Nada, de Carmen Laforet. ¿Qué mejor manera de celebrar el centenario de la autora en 2021 que leyendo esta novela tan maravillosa? Además, hace poco he descubierto un libro que se considera un clásico de la llamada “nature writing”: Un año en los bosques, de Sue Hubbell. Me ha encantado su sentido del humor y la naturalidad con que relaciona su día a día con reflexiones de calado. Uno de los libros recientes que más me ha gustado ha sido Amor intempestivo, de Rafael Reig.
[Y la pregunta 10 la lanza Chema Aniés, de la Librería Anónima (Huesca):]