Estamos viviendo el eclipse de la novela, según Luis Goytisolo
Como el transeúnte que le propina un fabuloso puntapié a un balón que se ha fugado del juego de unos niños en la escuela de la calle, Luis Goytisolo arranca su nueva novela, «Oído atento a los pájaros» (Alfaguara), con un individuo en carne mortal y rosa embistiendo a un autobús. Como si un treparriscos, un perdigón, un rabihorcado, un martín pescador o una urraca le dispararan a las escopetas. De tal modo que la energía generada se expandiera por el mundo entero. «El momento más propicio -escribe Goytisolo- era el del giro, cuando el autobús virase acelerando para doblar la esquina, y él, apostado en la acera, pudiera plantarse delante y golpearlo en pleno motor. Lo tenía tan claro…
Como el transeúnte que le propina un fabuloso puntapié a un balón que se ha fugado del juego de unos niños en la escuela de la calle, Luis Goytisolo arranca su nueva novela, «Oído atento a los pájaros» (Alfaguara), con un individuo en carne mortal y rosa embistiendo a un autobús. Como si un treparriscos, un perdigón, un rabihorcado, un martín pescador o una urraca le dispararan a las escopetas. De tal modo que la energía generada se expandiera por el mundo entero. «El momento más propicio -escribe Goytisolo- era el del giro, cuando el autobús virase acelerando para doblar la esquina, y él, apostado en la acera, pudiera plantarse delante y golpearlo en pleno motor. Lo tenía tan claro que, al salir al encuentro del autobús, hasta le daba risa visualizar de antemano el choque, similar al de una sandía que cae de un séptimo piso al entrar en contacto con el suelo».
Este fabuloso y soprendente arranque -surgido de una nebulosa formada por lo que ha escrito anteriormente y por preocupaciones del momento- parte de un hecho disparatado y desemboca en una metáfora de la astronomía: «El Big Ban dio origen al cosmos y a los sistemas solares», explica el autor, y el golpeo humano al autobús va a afectar a otras vidas, a muchas vidas. «Un aspecto importante de la novela es la esfumación de la verdad. En el caso del personaje Ramón Rada porque cambia su vida para reinventarse otra. Rada le cuenta su versión a su esposa, pero ella no le cree y él se queda muy sorprendido. Propongo al lector que bucee en su mundo cotidiano».
El Indiano, la nada y las urracas
El autor de «Las afueras» (premio Biblioteca Breve) reflexiona sobre la importancia de lo aleatorio en nuestras vidas. En el relato emerge la figura de un indiano que sentencia al respecto: «Contrariamente a lo afirmado por grandes pensadores y científicos, la nada no es un estado previo a la existencia a la vez que término o estado posterior a la misma, sino una ilusión producida por la constante transformación de lo que existe (…). No es la hoja que cae el verdadero sujeto, sino el árbol. No la hierba, sino el prado. No la gota que viene del cielo, sino la lluvia. Fuera de lo existente no hay nada. Y esa nada es la única real: una palabra que se niega a sí misma».
Empero, en literatura el azar no se declina: «El autor diseña, aparentemente, lo que él quiere, lo que no está calculado». Sí se ha calculado, por diversos especialistas, que los pájaros son mucho más inteligentes de lo que se suponía. Oído atento. «Las urracas saben contar hasta el número seis», resume Goytisolo un artículo que ha leído en el «New York Times», de tal forma que si en una casa hay más de seis seres humanos y van saliendo de uno en uno, a partir de la sexta persona las urracas se confían y se aposentan en el porche o en el jardín para planear sobre los insectos que anidan o atacar la comida (granos de pienso) de los perros. Goytisolo es un privilegiado observador, desde su terraza, del comportamiento ornitológico y cada vez se sorprende más de la capacidad de estas pequeñas aves para reaccionar desde un «cerebrillo tan pequeño».
¿Es la literatura un nido de aves? ¿Qué es la literatura para Luis Goytisolo? «Una de las bellas artes basada en la palabra como forma de expresión y de interpretación de la realidad que nos rodea». Confirma el autor de «Antagonía», «La paradoja del ave migratoria» o «Estatua con palomas» que Cervantes es el fundador de la novela, un modelo que se mantiene hasta los siglos XIX y XX, donde sufre fuertes cambios. «Pero en el XXI se está produciendo el eclipse de la novela», advierte el académico. «Esto no significa que se acabe el género -abunda el creador-, sino que la propia novela está cada vez más invadida por el relato audiovisual. Son muchos los novelistas que escriben su obra en función de un guión o de una película. El lenguaje literario es otro. Ofrece unos datos que permiten al lector imaginar. Mis planteamientos no son cinematográficos».
Antonio Astorga. ABC.