“Cuando el saber humano se olvida de que tiene un mundo interior se olvida también de sus propios valores. Valores que debemos añadir al mundo que nos rodea; debemos crear, inventar. Si de vez en cuando no emprendemos un viaje por nuestra vida interior con el fin de encontrarlos allí, estos valores acabarán por perderse.” Michael Ende.
En homenaje a uno de los más grandes autores de la literatura infantil y juvenil, este libro es un placer muy especial para leer uno mismo y para leer en voz alta. Todos los cuentos e historias de Michael Ende, algunos publicados por primera vez, están aquí reunidos en un solo volumen.
El libro es una apuesta interesante por ofrecer a los niños la vida de un personaje importante para la historia contada desde sus protagonistas a través de unas imágenes llenas de fuerza. Con unas increíbles ilustraciones naturalistas que, junto a un tratamiento cinematográfico de las imágenes, nos ofrece un recorrido vivo y expresivo por los momentos más significativos de la trayectoria de este activista, decisivo en los cambios sociales y políticos de Sudáfrica.
Este álbum no tiene texto, pero sí mucha emoción. La que se despliega al levantar las solapas de unas imágenes monocromáticas de potente colorido sobre blanco, que acercan a los más pequeños al mundo de la naturaleza desde la belleza plástica.
Zani lleva la dieta de todos los conejos: zanahorias, coles y tréboles; sin embargo, un día se ve en el espejo y, decepcionado por su apariencia debilucha, encuentra una revista de postres y decide cambiar su dieta para volverse más corpulento. Un desfile de dulces selectos pasa por el insaciable conejito, que los devora todos con fruición, y pronto no hay nada que frene su apetito. Cuando el gran Zanaforius deba salir de su casa un terremoto sacudirá la ciudad y una conejita bailarina se atravesará en su camino y lo hará comenzar una dieta para regresar a su tamaño normal.
Este es un libro de fotografías sobre esqueletos de animales. La autora y los fotógrafos consiguen transmitir al lector que todos los huesos de un animal están mostrando su modo de vida, de qué se alimenta y cómo se desplaza. Observando estos huesos se entra en contacto no con la muerte, sino con la existencia de cada uno de estos animales. El libro se cierra con unas páginas finales que completan la información escueta del interior con más profundidad.
Cuando la cometa de un niño queda atorada en un árbol, la imaginación será el límite para intentar bajarla arrojándole toda clase de objetos. Al final, casi con una ciudad encima, el árbol culpable deja caer la pequeña cometa, que resbala suavemente hacia el niño. Ahora, el problema será bajar el mundo que ha quedado atrapado entre las ramas del árbol.
Acostumbrados a asombrarse con el mundo, los niños suelen hacer preguntas que muchas veces los padres no saben responder. Sin embargo, había una vez una niña a la que le gustaba inventar una explicación sencilla para cada cosa. Por ejemplo, para ella, disculpa es una palabra que quiere ser un beso, y un beso es el sello que sirve para mostrar que te gusta algo. El planeta podría ser menos complicado si empleamos la imaginación y las metáforas para describir lo que nos rodea.