¿Alguna vez te has imaginado qué pasaría si te convirtieras en un fantasma? ¿Qué nuevos poderes tendrías? ¿Qué cosas echarías de menos? Todo esto es lo que nos cuenta Aníbal, que se ha encontrado en semejante brete: ahora es un perro fantasma.
Podríamos pensar que este es un libro álbum para primera infancia, por sus coloridas ilustraciones. Pero lo cierto es que con su tierna ironía, Aníbal hace reír a lectores de todas las edades. Es fácil rendirse a su humor ingenuo pero lleno de matices, resulta natural dejarse arrastrar por este perro que siente nostalgia por su vida anterior, junto a su pelota roja y a su dueña.
Lo seguimos con gusto mientras explora las ventajas y sinsabores de ser un fantasma, para terminar descubriendo que, después de un largo recorrido circular, volvemos a estar en el principio, recomenzando la aventura una y otra vez, como perro (fantasma) que muerde su cola.
Llegó la loba a mis manos y lo abrí y leí, volví al principio y lo volví a leer y así unas cuantas veces más, observando a esa loba caminar por el bosque tan bonito que ha construido Cecilia Moreno. Después vi que las letras eran cosa de Pablo Albo, y no me extrañó que hubiera magia.
El texto es bellísimo, poético, sencillo en apariencia, pero con una rima trabajada y con un ritmo que invita a leer en voz alta, con esas repeticiones y esos silencios que lo hacen tan expresivo. Un poema que bien podría derivar en canción.
La ilustración en dos planos sobre una cuadrícula es clara y limpia, de líneas rectas, da sensación de equilibrio y paz. La loba negra destaca entre tonos pastel, parece que la ves andar de verdad entre la maleza con la luz de la luna. La cuadrícula me hace imaginar un gran tapiz de punto de cruz que cuenta la historia de esta loba y de los ciclos de la naturaleza, la vida y la muerte, del orden en el aparente caos del bosque.
“Loba” me ha parecido una historia que es un disfrute para ser contada y atraer la atención de los niños, que es lo que todo cuento debería aspirar a lograr. Con pocos elementos lo tiene todo para ser intrigante, estimular la imaginación, divertir y también para plantear preguntas.
Una auténtica gozada haberme topado con él y acompañar a la loba en su viaje.
La sensibilidad de Isabelle Arsenault para recrear el universo infantil nos parece extraordinaria, particularmente en esta serie dedicada al “Mile End” publicada por La Casita Roja.
El primer título, La búsqueda de Colette, nos hizo reír, disfrutar y recordar la importancia de la imaginación. El segundo, La búsqueda de Albert, vuelve a mostrar la solidaridad espontánea que se da entre niños y niñas y ahonda, con muy pocas palabras, en los aspectos positivos del silencio, de la soledad compartida y de la lectura.
Con dibujos en blanco y negro que se completan con verde agua y naranja (sabia combinación), con planos, perspectivas cinematográficas de maravilloso efecto para la visión infantil y, también, para la adulta, con un texto sencillo que refuerza las ilustraciones, encontramos a Albert, o él se encuentra.
El argumento es sencillo. Albert quiere silencio, quiere leer en silencio. Pero quiere, también, estar acompañado.
Sus amigas y amigos están realizando acciones que implican sonidos, ruidos incluso. Albert se enfada. Y, de pronto, surge la magia. El grupo ha comprendido, asumen el deseo de Albert, se suman a la lectura mientra él se disculpa. Le hacen comprender que no supo expresar su deseo de manera adecuada pero, también, que están con él, que quieren descubrirlo y que se descubra, que quieren respetar y compartir.
Las imágenes finales son fantásticas y, quienes hemos trabajado con criaturas de estas edades sabemos que, a poco que las dejemos actuar de forma autónoma y expresarse, los pactos surgirán de manera espontánea.
Bellísimo libro que recomendamos con pasión porque el elogio de la lectura y del silencio tiene que ser, también, el elogio de la imaginación y el compañerismo.
A veces, cuando estamos en una actividad que disfrutamos el tiempo se pasa volando… cuando estamos esperando, aburridos el tiempo se arrastra lentamente. El tiempo tienen nombre de Laura Romero en Pípala editorial nos invita a reflexionar sobre cómo vivimos el tiempo.
¿Cuántas veces hemos visto el reloj para ver que ya es hora de comer en lugar de preguntarnos si tenemos hambre? ¿Cuántas veces hacemos cosas en un tiempo medido, estructurado, limitado porque siempre hay otras cosas que hacer a horas y tiempos precisos? No nos damos tiempo. No le ponemos nuestro nombre.
Si bien El tiempo tiene nombre es un libro para niños y niñas que se conectan con el mundo, que exploran y se toman su tiempo también es un hermoso libro álbum que, sospecho, nos hará más sentido a los adultos que nunca tenemos tiempo. Comemos mientras trabajamos, corremos a todos lados, no nos paramos a observar, a convivir, a dialogar. Y sin embargo siempre hay alguien a nuestro lado que es más sabio. Un niño o una niña que lo hace todo a su propio ritmo: Comen, juegan, leen, duermen en un tiempo que “no es ni muy rápido ni muy lento”, en un tiempo que lleva su nombre, un tiempo propio.
“¿Quieres ser mi amiga?” de Susie Morgenstern nos cuenta la historia de Lea, una niña parisina que se ve obligada a comenzar una nueva vida junto a sus padres en un pequeño pueblo en mitad del campo. Lo peor no es dejar la ciudad, sino encontrarse sola y aburrida. Por eso, decide crear una entrevista, como si de un trabajo de recursos humanos se tratase, para encontrar una nueva mejor amiga.⠀⠀⠀⠀
La autora nos relata lo complicado que puede ser para un niño adaptarse a una nueva circunstancia; lo que para sus padres es un cambio a una vida mejor, para Lea se convierte en un desafío que pone su mundo patas arriba.
Por suerte, los niños siempre consiguen adaptarse estupendamente y vivir nuevas aventuras como esta, pero conocer la historia de Lea puede ayudarles a descubrir que los cambios no son tan malos como parece.
Así que, como siempre, Blackie Books nos trae una historia divertida, tierna y con una sorpresa final, ideal para los peques que ya comienzan a leer solos.
Soy Javier Soler de la Librería Entre Libros, de Linares (Jaén), una ciudad en la que a pesar de todo suceden cosas buenas. Y recientemente, una cosa buena que ha sucedido es que a la librería ha llegado “El ladrón del sombrero” de Jon Klassen, editado por NubeOcho.
Es un álbum ilustrado en el que nos cuenta la historia de un pez pequeño que roba el sombrero a un pez grande… porque estaba durmiendo. Esta es una situación en la que los niños y las niñas se ven habitualmente, tienen al alcance de su mano la posibilidad de hacer algo que no se debe de hacer. Pero hay un día que necesitas probar y lo haces. ¿Qué ocurre entonces? Bueno, lo primero es buscar una justificación por lo que ha hecho y lo segundo, buscar un buen escondite (por lo que pueda pasar).
El pez nos va contando su historia y en su cabeza todo va a salir bien pero, en cambio, las ilustraciones nos van indicando que cuando alguien hace algo que no debe, eso tiene consecuencias. Y vamos viendo que las consecuencias no están acordes con lo que él está pensando. Y ahí se crea una historia de misterio que nos tiene enganchados hasta el final, hasta descubrir qué va a pasar.
Volvamos a poner en su sitio este mundo del revés, empezando por los niños.Ellos nos mostrarán a los adultos el camino a seguir.
Con estas palabras tan impactantes de Jella Lepman, en 1945, da comienzo la historia de este álbum ilustrado titulado Los libros de la señora Jella, editado por Juventud. Queremos ponerlo en valor porque nos ayuda a divulgar la importancia de los libros en la infancia. Este libro rinde homenajea una mujer inteligente, sensible e inquieta que, como muchos de nosotros, fue testigo del poder sanador de la lectura.
Escritora y periodista alemana y judía, Lepman volvió a su país del exilio al que la segunda guerra mundial le había obligado, con una misión encomendada, encargarse de la reconstrucción emocional de mujeres y niños con propuestas de acciones de índole cultural. Y vaya si se encargó. Lepman eligió a los libros como puente de entendimiento entre las personas y de curación de tantas heridas. Tenía claro que los libros serían el instrumento de encuentro, ellos harían de puente para volver a entenderse y construir un nuevo mundo. Y así fue como montó exposiciones por toda Alemania, con libros procedentes de donaciones de diferentes países del mundo.
En el álbum Los libros de la señora Jella se recrea toda esta maravillosa historia de encuentro con los libros a través de los hermanos Anneliese y Peter, que entran en la casa de los libros por casualidad. La señora les traduce algunos pasajes de los cuentos al alemán. Aparecen clásicos hoy de la literatura como Ferdinando, Babar, Pinocho, Heidi, Pippi…(muchos de ellos prohibidos por Hitler y quemados en las devastadoras hogueras de las plazas alemanas)Y los niños vuelven, porque quieren sentir el calor de las historias, quieren volver a soñar. Aparecen colas en la casa de los libros de la misma forma que hay colas para recoger comida gratuita.
Aunque no era poco lo alcanzado, Jella Lepman deseaba más, quería una exposición permanente y la consiguió en 1949, La Biblioteca Internacional de la Juventud, en Múnich. Una biblioteca que años más tarde se trasladó al Castillo de Blutenburg y que, tal y como cuenta el libro en su anexo, dispone actualmente de 30.000 libros de préstamos y más de 600.000 de consulta, en más de 130 lenguas. Además, esta mujer fue la precursora y fundadora de la actual Organización Internacional del Libro Juvenil (IBBY), junto a Astrid Lingren, la autora de Pippi.
Resulta especialmente hermoso en este libro, el decorado casi continuo de plantas y flores bellamente ilustradas que desfilan a lo largo de sus páginas. Añaden color, elegancia, alegría y dan fuerza y compañía al mensaje de esperanza tan potente que desprende esta historia. Y además, nos ha recordado a lagranpoeta Emily Dickinson cuando decía aquello de ¿Tiene usted flores y libros, esos consuelos para el dolor?.
Hoy, en un contexto diferente, no exento de nuevos tipos de guerras y en el que también contemplamos y sentimos en ocasiones el mundo del revés, hagamos como decía Jella,
EMPECEMOS POR LOS NIÑOS
y que ellos nos sirvan de guía, en la esperanza de que un mundo mejor será posible.
No se olviden y disfruten junto a sus niñas y niños de la lectura de este álbum Los libros de la señora Jella. Y para quién desee ahondar en la vida de Jella Lepman, recomendamos este otro título editado por Creots, Un puente de libros infantiles.
Soy Elena de la Librería Serendipias y hoy os quiero recomendar un libro que a mí me ha encantado. Se llama “Verónica Torres se rebela contra el mundo”, está escrito por María Menéndez-Ponte, ilustrado por Ayesha L. Rubio y está publicado por la editorial Duomo.
Es un libro muy divertido porque nos habla de lo que le pasa a Verónica Torres en su colegio de La Coruña. Pero tiene un truco y es que Verónica Torres es el alter ego de la propia escritora, de María, que nos cuenta cómo fue su infancia en el colegio.
Verónica es una niña que tiene muchísima imaginación, quiere ser paracaidista, pero en esa época las niñas no podían ser paracaidistas. Las educaban para ser amas de casa y Verónica dice: “¿qué yo voy a ser ama de casa? Uff… ¡qué rollo es eso! Amí me gusta trepar a los árboles porque quiero ser paracaidista, quiero escribir mil aventuras, …” Se escapa, lía una que no veáis… Y, además, descubre que en su colegio hay unas niñas que no estudian con las demás. ¿Y porqué? Con lo curiosa que es, empieza a hacer sus conjeturas en la cabeza, a lo mejor pasa algo, a lo mejor son unas niñas raras… ¿Qué es lo que está pasando? Y descubre algo que es una injusticia y como ella es como es, decide luchar para solucionar esa injusticia.
Os lo recomiendo un montón porque es muy divertido, vais a conocer cómo eran los coles hace muchísimos años y vais a conocer un poquito a María porque casi todo lo que cuenta, le pasó a ella de verdad. Os lo vais a pasar muy bien y lo podéis encontrar en vuestras librerías de barrio, que os lo pueden traer.