Elfi es una cocodrila, y tiene, por tanto, una boca enorme y unos dientes muy afilados, como todos los cocodrilos y todas las cocodrilas de su familia.
La vida de Elfi es muy difícil, y es que, aunque intenta hacer amigos allá donde va, todas las personas con las que se encuentra, corren asustadas nada más verla.
Elfi no entiende que sólo su aspecto pueda hacer huir a todo el mundo, si siempre va con una sonrisa enorme en su enorme boca llena de dientes, así que, muchas veces, se siente muy sola y triste.
Se le ocurre entonces que, si fuese otro animal, quizá le iría mejor.
Intenta maullar, como los gatos; recoger miel, como las abejas; piar, como los gorriones, entre otras muchas cosas…. Pero nada da resultado: nadie quiere acercarse a ella.
Sin embargo, cuando más sola está y menos se lo espera, en la orilla de un hermoso río, aparece alguien que le dice que es hermosa…
“Elfi, la cocodrila triste” es un álbum para los más peques, de Inka Pabst y Miriam Zebelius, publicado por Tramuntana.
Con unas ilustraciones muy divertidas, nos muestra el error de juzgar a los demás por las apariencias. A todos nos gusta estar rodeados de amigos y hacer cosas en compañía y cada uno de nosotros, siendo como somos, somos únicos, irrepetibles y eso es lo que nos hace verdaderamente importante a ojos de los demás.
Un cerezo es símbolo de inocencia pero también de la belleza y de la fugacidad de la vida.
Yuki y Gea son amigos y sus casas comparten un jardín de hermosos cerezos. Allí pasan las horas jugando con Rolo, el perrito tuerto de Yuki, charlando y contando las pecas de Gea, de los planetas y de las estrellas del universo, hasta que el día del cumpleaños de Gea mientras la niña se come un trozo de su tarta de cerezas se traga un hueso…y entonces todo cambia.
El cuerpo de Gea empieza a cambiar, a transformarse, pierde sus pecas, bebe agua sin parar y se empieza a hinchar tanto que Yuki piensa que a Gea le está creciendo un planeta dentro. En esos días aparece un herrerillo azul que no se separa de Gea en ningún momento, la niña decide ponerle el nombre de Pía. Los médicos no saben qué le ocurre hasta que una radiografía desvela que a Gea ¡le está creciendo un cerezo dentro!
Yuki piensa que quizá como en El Principito, a Gea también le saldrán una rosa, una serpiente y un zorrito y se convertirá en princesa, o quizá es que su amiga en realidad es un planeta…
Este álbum del escritor Alejandro Palomas y del ilustrador Albert Arrayás, publicado por Flamboyant, es todo un planeta, redondo y perfecto en su poesía y en los símbolos que utiliza para contar la amistad de una niña y de un niño que han de enfrentarse a la enfermedad, a la muerte, a la ausencia y al recuerdo, y lo hacen con delicadeza, con belleza y con la naturalidad propia de la infancia.
Este cuento además nos recuerda la unidad que somos con la naturaleza y la importancia de la conexión con ella. El perrito Rolo, el herrerillo Pía, los cerezos, las estrellas y los planetas nos enseñan que la naturalezaforma parte de nosotrosy poder disfrutar de ella es un regalo.
“Un cerezo” es el primer álbum de Alejandro Palomas y esperemos que sea el primero de muchos porque las niñas y los niños necesitan de un escritor como él para entender el mundo, para ver su belleza y para ser consuelo y esperanza. En esta historia una de las cosas que nos enseña es que tal vez la muerte no sea sólo una partida, quizá sea un regreso, un nuevo comienzo que no impide que nuestros planetas y nosotros sigamos juntos y queriéndonos.
“Desde entonces, Yuki estudia el cielo con su telescopio y contempla el nuevo planeta. Es redondo, está cubierto de flores blancas y tiene un cerezo enorme lleno de herrerillos azules. Y si mira al cielo sin el telescopio, lo que ve es la cara de Gea salpicada de pecas.”
Con su habitual estilo, el creador japonés Shinsuke Yoshitake ha vuelto a las librerías con ¡No soy un monstruo!, un libro publicado por Libros del Zorro Rojo que enfoca de forma magistral los impulsos negativos y la rabia, que a veces sienten y pueden sentir los niños.
Es muy normal escucharnos a los adultos decir “hoy no tengo un buen día”, o expresiones como “estoy que me subo por las paredes” y cosas parecidas, y nos extraña, y a la vez, nos alarma, que eso lo puedan sentir los niños en algún momento.
Este álbum también explica a través de los ojos de los más pequeños cómo se sienten cuando presencian injusticias; la rabia y el volcán que crece en su interior.
Pero lo que más me gusta de todo es que, conforme va contando la historia, a la vez, hace autocrítica y siente empatía con los demás. Se da cuenta, que a veces, una persona nos cae mal, o sentimos rabia, por algo que tiene que ver con nosotros, con nuestra propia frustración y que en realidad, ésa persona o compañero, puede ser nuestro amigo en un momento dado, porque la rabia, y el mal humor, es un rollo, y que cambie todo para bien tiene mucho que ver con nosotros mismos y la actitud que tomemos antes la vida.
Si hay algo que me fascina de la infancia es la capacidad que tenemos en esas edades de crear y vivir la fantasía que nosotros mismos imaginamos.
“Nunca jamás comeré tomates” es un claro ejemplo de ello.
Juan y Tolola son los protagonistas de esta historia, pero no de una cualquier. Juan es el hermano mayor de Tolola y, en ocasiones, sus padres le piden que cuide de ella y le dé la cena. Eso es una tarea bastante complicada, ya que a Tolola no le gusta prácticamente nada de comer, a todo le saca un pero y Juan tendrá que inventar una táctica infalible para que se coma la cena.
Partiendo de la premisa de que a la hermana no le gusta nada, Juan irá inventando un nombre diferente para cada una de las propuestas culinarias que le ofrece a su hermana. Así, después de prometerle que no le dará ni guisantes, ni zanahorias, ni patatas, ni huevos, ni coliflor, ni palitos de pescado… y un largo etc… comienza la maravilla.
Hay familias para las que es un verdadero problema el tema de la comida. Las niñas y los niños no quieren comer y eso trae a madres y padres de cabeza. Para eso este libro será de maravillosa ayuda.
Está ilustrado con unos dibujos muy característicos y además, combina el dibujo con la realidad, algo que llama la atención, ya que no son unas ilustraciones al uso.
Cada vez hay más nutricionistas que abogan por dar a los niños la comida que les cuesta comer de forma divertida, incluso hacerles partícipes de su preparación si la edad lo permite; es también algo muy útil, yo misma lo vivo con mis hijos.
Un aliado infalible es la táctica de Juan. Os cuento: si su hermana no quiere zanahorias, no se las dará, lo que realmente hay en la mesa son “ganchitos de trigo naranjas” vendidos en Júpiter, y mira por dónde, a Tolola le parece que no están tan mal. Y si le decimos que los guisantes son “caramelos de lluvia de Cabo Verde“, pues eso que se muere por probarlos y además, están riquísimos. También tenemos trozos de nubes esponjosas y aperitivos oceánicos del supermercado submarino.
Pero lo que tendrás que descubrir tú cuando leas este libro es qué ha pasado con los tomates…
Un precioso libro de Lauren Child, publicado por Lata de Sal y ganador de la Medalla Kate Greenaway, que nos ha encantado.
¿Sabes lo que son las tribus no contactadas? Son un tesoro de la diversidad cultural humana. Conocerlas es el primer paso para respetarlas, cuidarlas y evitar su extinción.
A través de este libro informativo de Sam G. C. y Raquel García nos podremos acercar, por ejemplo, a los Changpa, que se encuentran “en el techo del mundo”, nombre por el que se conoce a la meseta Tibetana. Se caracterizan por el pastoreo de sus cabras de Cachemira y yaks y su filosofía budista, que practican a diario.
¿Sabías que los Moken no tienen lengua escrita y que su conocimiento se traspasa a través de leyendas? En este libro podrás conocer además sus superpoderes.
¿Sabrías decir a qué tribu pertenecen las mujeres jirafa? ¿Y qué piensas que puede ser el donga? ¿Una comida, quizás un arte marcial, o una prenda de vestir?
Leyendo Tribus. Viaje por algunos de los pueblos más asombrosos de la Tierra podrás situar en el mapa a un buen número de tribus que habitan rincones recónditos del planeta, del Amazonas a Indonesia, del Ártico a África, como la tribu de los Sami, cuyo nombre significa “persona unida” y, además, conocerás los secretos de las mujeres Yao y por qué se caracterizan.
Recomendamos este libro informativo, publicado por Mosquito Books, por ser una oportunidad para conocer a un gran número de tribus que tienen algo en común: el gran respeto a los recursos naturales y su tesoro cultural.
Dung-Dung no se lo puede creer, esas canicas que acaba de comprar en el kiosko son caramelos que desatascan los oídos hasta llegar a escuchar lo que dice el sofá de su salón… Y ese es sólo el principio de una serie de sorpresas que le van a llevar a conectar con la voz interna de lo que le rodea.
Esta delicada historia de la autora surcoreana Heena Baek recorre con humor los rincones íntimos de Dung-Dung, mostrando la soledad en la que vive su cotidiano, el anhelo de la amistad, el asombro al descubrir lo que esconde el silencio… Una historia cargada de verdad, a pesar de la imposibilidad de lo que sucede, y que nos interpela sobre la conexión con el yo interno, con el otro y con el lugar en el que habitamos.
Las imágenes recreadas a través de pequeñas escenas tridimensionales contribuyen en gran medida a este sabor de autenticidad.
La delicadeza con la que se presentan las figuras, la cuidadosa iluminación, los juegos de enfoque y desenfoque… un cuidadoso y exquisito trabajo que han llevado a la autora a ser reconocida en el año 2020 con el Premio Astrid Lindgren, uno de los más prestigiosos de literatura infantil a nivel internacional.
Por suerte la editorial Kókinos pone en nuestras manos no sólo estos “Caramelos mágicos“, también podemos encontrar en nuestras librerías “La extraña mamá“, una disparatada historia sobre cuidados y cocina para disfrute de leones y leonas de todas las edades.
Este año, tras su primera fase, la votación de las librerías Kirico había dejado una amplia lista de libros finalistas a Mejor Libro Infantil. Doce libros muy distintos entre sí pero de una extraordinaria calidad que de entrada ya nos decían que no habría decisión equivocada.
Podríamos sentirnos orgullosas de todos ellos y, con su elección, sabríamos que estábamos recomendando lecturas de calidad para los más pequeños.
El punto clave en el debate de las librerías que componían el jurado (Letras Corsarias, Turuletras, Entre Libros, Rayuela Infancia, Librería Jarcha, La Pecera de La Puerta de Tannhäuser y Letras a la taza) era saber cuál de las lecturas había emocionado más, había sorprendido más y encajaba mejor en aquello que contemplan las bases de los Premios Kirico: una ilustración de calidad, un argumento y una trama interesante, no predecible, y que animase “a los lectores a conquistar la lectura como una práctica asidua, vinculada a la vida”.
La respuesta más unánime fue que el cómic “Las Varamillas” de Camille Jourdy, editado por Astronave con una traducción de Alba Pagán, encajaba perfectamente en esa definición. Como decía Mercedes Brugarolas de Letras Corsarias, “una estructura clásica puesta al servicio del juego y el espíritu infantil”.
Aunque este cómic tiene una estructura conocida (un viaje que transforma a la protagonista), y tenga ecos de otros cuentos infantiles en la historia de Jo, su lectura es muy rica, plagada de detalles y sorpresas que van a emocionar por igual a pequeños y a adultos.
“Las Varamillas” es una historia fascinante, que te sumerge en un mundo insólito, repleto de seres singulares y giros surrealistas.
Es un día de pícnic para Jo y su “nueva” familia: su padre, su madrastra y unas hermanastras adolescentes a las que no entiende. Está enfadada y no quiere saber nada de ellos. Quiere fugarse, construirse una cabaña en el bosque, acostarse tarde y no volver al colegio…
Cuando se aleja, se encuentra con dos seres pequeños a los que confunde con duendes y a través de una primera conversación disparatada, acabará desoyendo las órdenes de su padre (no te alejes) y cruzará el túnel hasta San Glinglín. Allí, entrará en contacto con una comunidad que la llevará a vivir una aventura tremenda.
El Bosque de las Varamillas está amenazado por el Señor Emperador, un gato de uñas afiladas que se afana en coleccionar a esos pequeños seres de colores parecidos a los ponis y en encarcelar a todos aquellos que se le opongan. Jo se unirá, entonces, a una estrafalaria expedición para salvar a los compañeros y liberar a sus nuevos amigos.
En ese camino, el zorro Maurice y el perro Pompón serán sus aliados, no sin sus diferencias, y tendrán que superar una serie de pruebas y experiencias inesperadas, como atravesar la casucha de las viejas brujas que están en modo “amor” o la llanura del olvido.
La mezcla entre realidad y fantasía, la inocencia de Jo y al mismo tiempo, su desparpajo y su decisión, la creación de atmósferas espectaculares a través de las acuarelas de Jourdy, tanto en el esplendor del bosque como en los territorios más tétricos, la fuerza de los diálogos y los personajes (entrañables Nouk y las canciones y cuentos de su madre), así como el humor y el disparate que acompañan la aventura, fueron otras de las características destacadas por el jurado de este premio.
Además, que las librerías infantiles hayan apostado por un cómic como mejor libro infantil dice mucho del momento dulce que está atravesando este formato, de lo potente que puede ser para ayudarnos en la tarea de fomentar la lectura, que un libro siga a otro libro.
El cómic tiene una presencia cada vez mayor en las mesas y estantes de las librerías infantiles y juveniles, una mayor aceptación por parte de padres y docentes, y un entusiasmo de los lectores que descubren y siguen autores, colecciones y sagas.
Si ya conocéis “Las Varamillas”, un cómic que va por la segunda edición, sabréis de qué hablamos. Si no, os emplazamos a probarlo con niños a partir de 8 años y a disfrutar de una historia que les desconcertará y les divertirá.
“La vida es así, y si un día te da por ahí, y quieres irte a vivir aventuras, sueños y maravillas, ven a dar una vuelta por el bosque de las Varamillas”
Cueto Negro (Lóguez) de Mónica Rodríguez ha sido elegido por unanimidad como Mejor Libro Juvenil en los XI Premios Kirico.
Se trata de una novela de corte realista que narra los momentos memorables en que Cecilia, la protagonista, dice adiós a la inocencia de la infancia.
La escritura de la consagrada autora Mónica Rodriguez se caracteriza en esta obra, de nuevo, por la capacidad de crear una atmósfera envolvente en la que el lector puede apreciar y sentir junto a la protagonista de la historia esa nueva mirada, desconocida hasta entonces, del mundo que le rodea. Ahora, Cecilia repara en gestos, miradas, diálogos de sus padres y de otros adultos que antes escapaban a sus sentidos.
Una obra llena de sensualidad que se estrena con la aparición del deseo sexual, un deseo hermoso, inmenso, intenso, que lo llena todo y que marca un antes y un después en su vida. Pero también esta novelaes capaz de poner en el papel lo terriblemente patológico de ese deseo. Mónica se atreve a mostrar el dramático tema de los abusos sexuales en la infancia a través de hechos que ocurren a personajes secundarios.
Cueto Negro representa la novela juvenil que va a revolver en los sentimientos de cualquier adolescente y joven, porque describe muy bien ese proceso de crecer, ese momento casi melancólico en que con tristeza todos hemos de decir adiós a mucho de lo que tenemos para abrirnos a la incertidumbre del deseo que nos llama y que nos inunda, pero que no entrevemos hacia donde nos lleva.
Un relato valiente, que no se anda por las ramas ante la realidad de la vida, hermosa y cruda a la vez. Blanca y deslumbrante, como la nieve de Cueto Negro y fría, muy fría también.