“¿Cómo va a ser la montaña un dios?” de Eduardo Romero
¿Cómo va a ser la montaña un dios?
Romero, Eduardo
ISBN
978-84-18998-19-5
Editorial
Pepitas de calabaza
«Y es que la razón occidental se ríe de las creencias de indios y negros. ¿Cómo va a ser la montaña un dios? Hagámosle un agujero y saquemos ese puto carbón»..
Eduardo Romero vuelve a las mesas de novedades con ¿Cómo va a ser la montaña un dios? (Pepitas de Calabaza, 2022), un texto híbrido, a caballo entre el ensayo histórico y sociológico, la novela, la crónica periodística y la memoria. Paco Cerdà definía hace unas semanas al autor como «un alquimista de la literatura de lo real». Y es que si hay algo de lo que no cabe duda, es de que este libro es pura literatura social. Un puzle de historias que se sienten, se huelen, se escuchan. Relatos reales, personajes humanos, sin idealizaciones, se suceden por estas páginas para dibujar un mapa del carbón trazado de Colombia a Asturies y para contar las historias de estas tierras y de sus gentes.
Colombia, La Alta Guajira. Sesenta y nueve mil hectáreas conforman Cerrejón, la mina de carbón a cielo abierto más grande de América Latina. La actividad extractivista va arrinconando a la agricultura, modificando los cauces de ríos, acaparando millones de litros de agua al día para extraer carbón en una región seca que alcanza en verano los 45ºC. «Cuando se trazó la vía, pasaba por lugares sagrados wayúu. ¿Con cuánta plata se compra el traslado de un cementerio?».
Colombia, Valle del Cauca, Puerto de Buenaventura. Cientos de trabajadores se desloman en las actividades portuarias. Contenedores llenos de café, azúcar, banano, carbón y cocaína llenan barcos que desatracan a diario de Buenaventura. Economías legales e ilegales se entrelazan con un objetivo común: acaparar tierras y asegurar rutas de mercancía. El narcoparamilitarismo vela por la simbiosis.
Asturies, Xixón, Puerto de El Musel. Buques graneleros procedentes de Buenaventura descargan carbón en una tierra minera con las minas cerradas, con el recuerdo reciente de la desindustrialización de sus cuencas, de su condena al vacío y al silencio. Trabajadores asturianos, o trabajadores colombianos, a los que les sale carbón de la nariz incluso tras días de descanso. «El carbón, con la pila de vueltas que da, muy barato tien que ser. A veces, mientras lo estibamos, dígome: si yo fuera una de esas piedras de carbón, acabaría mareáu».
Mientras tanto, Javier Orozco (sindicalista), Gustavo Mestre (militante antiparamilitarista), Yeni (auxiliar en una residencia) o Victoria (prostituta) miran al horizonte desde el Cerro de Santa Catalina y ven los barcos partir de Gijón, rumbo de vuelta a la Colombia que los vio nacer y los condenó a huir. Que los envió, por azar, a esta tierra también minera, ahora ahogada, de cuya historia del carbón ya solo quedan rastros de ceniza.
Natalia González Menéndez, Librería Cervantes(Oviedo)