“Desierto de mar y otros poemas” de María Cristina Ramos
Desierto de mar y otros poemas
Ramos, María Cristina
ISBN
978-84-9182-483-1
Editorial
EDICIONES SM
La selección de los finalistas a los Premios Andersen 2020 (ya sabéis, el “Pequeño Premio Nobel”) dejó fuera de la fase final en la categoría de escritura al candidato español Jordi Sierra i Fabra (y mantiene en la de ilustración a Elena Odriozola).
No obstante, en el amplio territorio de habla hispana nos da la oportunidad de acercarnos a la obra de la argentina María Cristina Ramos, una voz reconocida y querida por la comunidad LIJ de su país, nominada por segunda vez a este Premio, editora y promotora de la lectura, y ¡oh, queridas y queridos lectores! … poeta.
Esta autora es una de las seis finalistas junto a Mart Moeyaert (Bélgica), Farhad Hassanzadeh (Irán), Marie-Aude Murail (Francia), Jacqueline Woodson (Estados Unidos) y Peter Svetina (Eslovenia); escritores poco explorados en nuestro país.
Con más de 60 obras de literatura para niños y jóvenes, y traducida al inglés, al portugués o al chino, María Cristina Ramos es conocida sobre todo en España por sus libros de poesía, como “La luna lleva un silencio” (Anaya), “Caminaditos” (Los cuatro azules) y “Maíces del silencio” (Ediciones SM).
En septiembre del año pasado, y con las fantásticas ilustraciones pobladas de cielos estrellados de Miren Asiain Lora, Ediciones SM publicó “Desierto de mar y otros poemas“, que destacamos hoy.
Se trata de un libro habitado por leyendas y relatos, por seres mitológicos y figuras protectoras, por supersticiones y objetos mágicos. Una mirada tranquila y evocadora hacia esa otra realidad con la que convivimos, como la de nuestro doble, ese ser espejado que en cualquier momento puede salirnos al paso, o la de Doña Aparecida, que pena por amor.
María Cristina Ramos vive en la Patagonia argentina y desde allí nos habla de barcos fantasmas, ángeles, pomberos y lobisones: “Se cobija en la sombra / comienza a decrecer / y nos creemos solos / sin monstruo que temer./ (Pero alguien de nosotros / -y no se sabe quién-/ lleva el lobo guardado / debajo de la piel)”. Su lenguaje es sencillo aunque rico, con métrica y rima, ideal para ser leído en voz alta.
Cada poema viene precedido de una pequeña explicación sobre el origen de esas leyendas o seres a veces soñados, a veces contados de generación en generación, que es idónea para acercarnos a una cultura que no siempre nos es cercana.
La presencia de la poesía en la LIJ es muy tímida y esta escritora ha sido una defensora constante de su cultivo en la infancia: “En la infancia la palabra poética llama y responde al juego, a la revelación placentera, a lo inesperado, a los espacios donde se afincan las preguntas”.
Desde su experiencia, nos alienta a contagiar a los niños el disfrute de la poesía: “Muchas veces descubrimos la belleza de un poema cuando alguien nos lo lee dedicando su tiempo y su voz, donando su propia lentitud, su singular delicadeza”.
En definitiva: “Hay que animarse, explorarla, disfrutarla. Ponerla al alcance de los chicos. De lo demás, ella se encarga”.
Sonia Domínguez / Grupo Kirico