"Fuerzas especiales" de Diamela Eltit
Hace unos años pedí a mis personas más queridas que me dijeran el nombre de su escritora favorita. En la lista que aún guardo salieron los nombres de Alejandra Pizarnik, Clarice Lispector, Rosario Castellanos, Alice Munro, Flannery O’Connor… Y salió, también, el de Diamela Eltit. Busqué libros de todas ellas para la Librería, pero no encontré nada de Diamela, y la olvidé.
Pasados unos años me llegó un título editado por Periférica de la autora chilena: “Jamás el Fuego Nunca“. Lo leí y me quedé sobresaltada e impactada por el uso del lenguaje. Y volví a olvidarla.
Ayer pasé el día leyendo “Fuerzas especiales“, la décima novela de Diamela Eltit que también ha publicado en nuestro país la Editorial Periférica. Ahora sé que nunca olvidaré a esta autora, porque nunca podré salir del asombro que el texto me ha provocado.
“Fuerzas especiales” es una novela breve (algo menos de doscientas páginas) que refleja la vida de las poblaciones marginales y marginadas en edificios de bloques con puertas carcelarias y sometidas a las continuas agresiones policiales de las fuerzas especiales. Un texto narrado por una joven de barrio que habla de su trabajo como prostituta en el cíber del bloque y de su relación con el Lucho y el Omar. Un texto asfixiante y lleno de armas que nombra sin pudor la vida de familias que sobreviven en una ratonera sin aparente salida.
Busco un adjetivo para el libro. No me sirve decir que es maravilloso, decir que es imprescindible, decir que es impactante, decir que es extraordinario, decir que es perfecto. Solo una palabra me sirve: brutal. Sí, brutal y descarnado este texto en que cada palabra es una bala precisa, en que el dolor cobra vida en cada verbo, en que cada herida tiene un hueco, un nombre, un rastro. Brutal por la realidad que cuenta, brutal por el ritmo asfixiante de la voz que narra, brutal por la exactitud de cada palabra.
Me pregunto a quién puedo recomendarle este libro y se me ocurren varias personas fuertes y arriesgadas. Me pregunto qué traductores serán capaces de pasar el texto a otra lengua y cuál será el resultado. Me pregunto cómo puede sonreír la autora y mantener la mirada plácida después de haber nombrado el dolor, la miseria, el margen, con todas sus letras. Me pregunto, al fin, cómo mantener la esperanza.
“Fuerzas especiales” es un texto duro sobre la dura realidad de poblaciones marginales de cualquier lugar. Un texto cuyo título alude a grupos policiales concretos y, también, a la especial fuerza que hay que tener para sobrevivir al horror y mantener la esperanza. Y es que, dentro de la miseria, la violencia, la suciedad y la tristeza, la voz de la protagonista se alza lúcida y solidaria dejando entrever la posibilidad de que, alguna vez, las cosas cambien y se detengan las armas.
Izaskun Legarza, Librería de Mujeres de Canarias (Santa Cruz de Tenerife)