“La hiladora de niebla” de Agnès de Lastrade y Valeria Docampo

Hay libros que te enamoran nada más verlos. Te atrapan y te piden que los abras, los mires, los leas, los disfrutes… y quedan para siempre atrapados en tu corazón.

Esto me ha sucedido con “La hiladora de niebla” de Agnès de Lastrade.

El oro de la portada contrasta con la bruma y te invita a abrirlo sin remedio. Lo haces y te encuentras con una joyita editada con mimo y cariño por Tramuntana. Las ilustraciones de Valeria Docampo son maravillosas, delicadas, y la transparencia de muchas de ellas armonizan con la conmovedora historia que relatan sus páginas, dotándola si cabe de más sentimiento. 

Todos los detalles están cuidados, incluso la tipografía, las páginas con el texto tipografiado a máquina, como si de una carta se tratase, complementan a las ilustraciones, las ilustraciones complementan al texto. Todo es redondo en esta historia…

Rosa teje la niebla, con ella fabrica todos los elementos necesarios para  ocultar las penas y los problemas de los ciudadanos de su país.  Pero, sobre todo, los suyos porque con la nieva que teje oculta su mayor pena, la tristeza que ahoga su corazón. 

Un día, Rosa recibe una carta que hace que en su rostro se dibuje una sonrisa, recuerda lo que era la felicidad y su corazón se llena de luz. Con su alegría, la luz traspasa la niebla e ilumina todos los rincones.

Rosa ya no tejerá más niebla, Rosa tejerá con brillos que iluminarán el país.

Marina Díaz, Turuletras (Madrid)