"La pecera" de Juan Gracia Armendáriz

La pecera

La pecera

Gracia Armendáriz, Juan

ISBN

978-84-942622-8-9

Editorial

Demipage

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Alcohol, humor, violencia, amor… hay que ser muy valiente para atreverse a crear una historia con estos ingredientes sin caer en la sensiblería, el buenismo o el ridículo. Ya en el primer capítulo nos damos cuenta de que, en efecto, esta novela no será fácil de leer: Miguel Quer conduciendo por una carretera secundaria, escuchando la tontorrona Ride like the wind, acelerando más y más porque el vodka le impide sentir el frío y el miedo, un conejo testarudo que se empeña en no apartarse y en morir inútilmente bajo su coche, unas luces de neón que anuncian una whiskería como una chispazo que le ilumina y ciega su mente, un lugar al que no debería entrar, pero entra. No importa lo que pase siempre que haya una gasolinera abierta donde pueda comprar más whisky.

Nunca sobrio, apenas vivo, en su pecera «navegaba por el pestilente río del llanto y alcanzaba el mar de la ira; regresaba hasta la desembocadura del silencio para remontar el río cenagoso de la autocompasión, luego el nacedero del resentimiento», nadando y boqueando junto a su Ana, antes de que ella decidiera saltar y volver a convertirse de nuevo en persona.

Mientras seguimos leyendo, sobrecogidos se nos viene a la mente la escena en la que un enloquecido y borracho Joe (Jack Lemmon) busca en el invernadero la botella que quedó escondida entre las macetas en Días de vino y rosas de Blake Edwards, y volvemos a sentir la terrible angustia de Don (Ray Milland) al destrozar su apartamento por esa botella de whisky que no aparece en Días sin huella de Billy Wilder. Y duele.

Pero seguimos leyendo porque lo que leemos es sorprendente, excepcional. A la agotadora lucha sin esperanza de quienes quieren sacar a Miguel de su pecera (aunque no lo recuerden, casi todos los alcohólicos tienen alguien que les aprecia y lucha para que se curen) se unen unos inteligentes monólogos de una deformada realidad, «realidad cubista reflejada en un espejo roto» y a muchos momentos de una brillantez literaria apabullante en esta magnífica novela.

Librería Tintas, Bilbao.

Foto: Diario de Navarra.

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