"Permafrost" de Eva Baltasar
Permafrost:
1.m. Geol. Capa del suelo permanentemente congelada en las regiones polares.
(Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua).
Y es precisamente así como se siente nuestra protagonista, congelada bajo una capa de hielo…
En primera persona nos cuenta su aislamiento de la vida, de todo y todos los que la rodean, incluso de sí misma. Ante tan devastadora soledad su único pensamiento liberador es el de su posible muerte. Encuentra en la idea del suicidio un posible camino que nunca, por unos motivos u otros, se decide a transitar.
Se puede decir que en esta historia, paradójicamente, encontramos a una mujer que al buscar la muerte encuentra la vida.
Es generosa en su honestidad, en la descripción de su incapacidad para vivir mientras vive, presa tras la capa de hielo que la recubre, esperando quizás poder romper ese hielo:
“Soy yo, la extraña que todos reconocen, esa que parece de mentira bajo su capa de hierba corta y consistente. Tengo un buen recubrimiento, impermeable como el de los bosques, pero no es mentira, no: la dureza del hielo preserva un mundo habitable, sólo que dormido.”
Ella está allí, intacta, viva, habitable…pero el frío la paraliza, la condena a la soledad y a la tristeza.
Con una sinceridad brutal, a lo largo del relato la escuchamos hablar sobre sus ganas de morir, sobre cómo piensa en distintas formas de suicidarse, cómo vive el sexo en su relación con otras mujeres, cómo siente el miedo, el dolor, la soledad, la tristeza, cómo es la relación con su familia y el daño que le causan porque no constituyen un verdadero hogar, cómo las mentiras la ayudan a sobrevivir, cómo se empeña en la búsqueda constante de sí misma en un mundo en el que no encuentra su lugar. A pesar de todo resiste, sobrevive…hasta que un factor circunstancial e inesperado le habrá de hacer elegir entre el amor o la muerte. ¿Podrá elegir? ¿O tal vez la decisión ya está irremediablemente tomada? Porque finalmente es la muerte la que la encuentra a ella y de una forma que nunca había imaginado.
El valor del desnudo emocional y personal en una sociedad llena de caretas y de poses, de redes sociales donde todos deben parecer felices, perfectos, sin mácula o error, toma todo sentido en Permafrost, que nos invade con un soplo de aire frío con su sinceridad, con su verdad, su inteligencia y su poesía.
Todos los días asistimos a la puesta en escena de imágenes de superficie que son un espejo donde nadie puede verse reflejado ni sentirse reflejado. Superficies sin profundidad.
Afortunadamente la literatura, por más que algunos huyan, nos ofrece esa verdad, esa hondura tan necesaria para vivir lo menos de mentira posible.
Sagrario Santamaría, Librería Taiga (Toledo)
Puedes leer también la versión original en catalán.