“Selva” de Marina Gibert – Mención especial XI Premios Kirico

Selva

Selva

Gibert, Marina

ISBN

978-84-1343-111-6

Editorial

Kalandraka Editora

Donde comprarlo

selva

nombre femenino

1.1 Terreno extenso, sin cultivar y muy poblado de árboles y plantas que es característico de las zonas con climas cálidos y lluviosos / “selva africana”

2.2. Abundancia desordenada de una cosa / “no sé cómo puedes aclararte entre esta selva de libros y apuntes”

Creo que puedo afirmar, sin miedo a equivocarme, que para las que nos dedicamos a la mediación lectora, la recomendación de libros silentes supone un gran reto. 

Voy a aventurarme también a decir que esto puede deberse a que, al igual que la literatura infantil y juvenil suele considerarse la hermana pequeña de las letras, la ilustración también sufre un menosprecio con respecto a su hermana mayor la escritura.

El problema puede radicar en que, aunque estamos sobreestimulados visualmente, nos falta*, como lectores y como decodificadores de información, instrucción en la narración gráfica. Es decir, no sabemos o no queremos esforzarnos en  interpretar la información que las ilustraciones nos proporcionan.

Sí es verdad que somos permeables, creo, a percibir las ilustraciones de una forma emotiva, nos transmiten sentimientos que junto a un texto nos producen una impresión general, consiguiendo crear una atmósfera conjunta. Sin embargo, los peques funcionan justamente al revés. Su primer contacto lector omite la información escrita e interpreta a través de la imagen. Aprenden que el texto es un vehículo para contar esa narración que está comprendida en tal libro pero también que existen muchas más vías que derivan, precisamente, de esa posibilidad gráfica. Es decir, dejan espacio a la imaginación, a la creatividad y se permiten la interpretación y el juego.

Toda esta reflexión viene a propósito de “Selva” (Kalandraka, XIV Premio Internacional Compostela de Álbum Ilustrado) de Marina Gibert, uno de esos libros silentes que esconden mucho más de lo que parece en una primera lectura y que nos invita a perdernos en el desorden y la abundancia de nuestra imaginación. Precisamente, por ese motivo, acaba de recibir una Mención Especial en los XI Premios Kirico porque las librerías queremos contribuir a llamar la atención sobre la potencia de este tipo de narrativa gráfica. 

Ya en la portada, su personaje principal, nos incita, mirándonos de frente, a seguirle a través de la vegetación y a adentrarnos en la Selva de sus páginas (y en el espacio que hay entre ellas, con esos saltos de página espectaculares)….y entonces nos perdemos en su exuberancia cromática y sus pinceladas rotundas y cargadas que nos recuerdan a aquél viaje de Paul Gauguin a la Polinesia y a cómo ese viaje cambió su impronta cromática.  

Encontramos, en sus páginas, una Selva que aquí funciona como ese bosque, el lugar simbólico de lo sagrado en los cuentos tradicionales, el espacio de aventura, de abandono, de transición. Un espacio que transforma al que lo habita y lo acompaña, construyéndose como un protagonista más de la historia. 

En esta Selva atendemos a un diálogo entre los opuestos que moran el mundo: lo artificial frente a lo natural. Y es un diálogo de lo más sugerente. En esta Selva la arquitectura se convierte en animales gigantes sobre los que transitar (mediante un juego de escalas) y que acompañan al transeúnte acercándonos a un planteamiento vivencial de la naturaleza, un acercamiento, una invitación…

El camino recorrido en la hoja de créditos y portadilla que se convierte en serpiente, y que nos acompañará de la primera a la última guarda (saltos de página incluidos), donde también aparece la cabeza de la serpiente recordándonos una estructura circular, el ciclo de la vida y de la naturaleza. Las estalactitas y estalagmitas que se transforman en un ocioso tigre. Las escaleras que devienen en cocodrilo y la inalcanzable cima de la montaña, como último objetivo de esta aventura que, cómo una amable mano de gorila, nos devuelve a la tierra. Y entonces, ante nosotros, se abre una puerta de un blanco inmaculado, una salida hacia lo desconocido. Sí, salimos a un mundo desierto, gris, vacío y frio, pero todo lo que atesoramos en ese tránsito por la Selva ahora nos acompaña poblándolo todo de un cromatismo salvaje, de una espectacular abundancia desordenada. 

* Me refiero aquí a los clientes de las librerías, aquellos padres o profesores que suelen rechazar estas propuestas, generalizando: Al mundo de los adultos.

Alba Blanco, Librería Seijas (Pontevedra)