“Supersaurio” de Meryem El Mehdati

Supersaurio

Supersaurio

El Mehdati, Meryem

ISBN

978-84-18187-77-3

Editorial

Blackie Books

Donde comprarlo

Meryem El Mehdati, autora residente en Puerto Rico (en la isla de Gran Canaria), escribe su primera novela, Supersaurio, después de graduarse y “masterizarse”, con una amplia experiencia en fanfiction a sus espaldas y tras haber publicado un relato en El Gran Libro de Satán. ¡Y  qué primera novela!

Como saben, o pueden saber con mucha facilidad tecleando el título en el obligatorio Google, la novela cuenta la historia de una chica que accede a un trabajo de becaria en las oficinas de una gran cadena de supermercados de nombre ficticio “Supersaurio” y que cualquier habitante de Canarias identificará inmediatamente. ¡Qué aburrimiento!, se dirán. Pero no. Supersaurio no sólo es una novela divertida escrita con un fino sentido del humor, de ese que te dibuja una sonrisa en la boca y te hace un nudo en el pecho, sino que es una novela bien estructurada, interesante, profunda y muy, pero que muy inteligente.

La novela está protagonizada por una joven de 25-27 años (transcurren tres años de vida en esas oficinas que se narran en tres capítulos) que, pese a su excelente formación académica, no encuentra trabajo y termina aceptando un contrato de becaria con un sueldo claramente insuficiente para convertirse en una mujer capaz de automantenerse. La joven se llama Meryem, aunque casi nadie pronuncia ni escribe bien su nombre, y nos cuenta su historia en entradas de diario en las que figuran mes y año, con  fanfiction y conversaciones de grupos de WhatsApp intercaladas. La joven vive en Puerto Rico (Gran Canaria) y tiene que realizar diariamente un largo trayecto de ida y vuelta en guaguas impuntuales y de poca frecuencia para llegar a su trabajo y encontrarse con una jefa que la odia y a la que odia:

“Preferiría tirarme contra un coche en marcha antes que hacer las paces o limar asperezas con Yolanda. Nací en los 90 y crecí en los 00. He sobrevivido a muchas cosas horribles: los pantalones de tiro bajo, la supuesta gordura de Kate Winslet, las cejas ultrafinas. A esto también sobreviviré” (p. 17).

¿Autoficción, otra vez? Yo no lo diría. ¿Ficción representativa de una generación de chicas de la ultraperiferia? Eso se acerca más, pero tampoco. Ficción, sí, con carga crítica de profundidad.

Con un ritmo fluctuante que traduce a la perfección las situaciones o estados de ánimo de la protagonista y un vocabulario amplísimo, sabiamente manejado para crear frases que rozan lo poético (“Antes creí que crecer y hacerse adulto consistía en alcanzar algún tipo de paz interior que acabaría con la incomodidad y la zozobra que a veces se mudan a vivir a mi estómago”: p. 185) o diálogos plenos de oralidad.

Supersaurio es, para mí, un extraordinario ejemplo de la excelente teoría que desarrolla Remedios Zafra en El entusiasmo (Premio de Ensayo Anagrama, 2017).

Un ejemplo de novela comprometida en la que se reflejan muchos de los problemas que, desgraciadamente, caracterizan a la sociedad contemporánea. A la global, a la española, a la canaria. Temas como la precariedad laboral (no olvidemos que existen contratos de profesorado universitario por debajo de los mil euros), el machismo imperante en las calles y los entornos laborales (el camarero que te coge la mano, el jefe que te llama bonita, el colega que no entiende por qué no tienes hijos…), el racismo y la xenofobia cotidianos (¡cómo vas a ser española con ese nombre!, ¿qué comen en tu país? ¿y  por qué no bebes?…); el paternalismo y el desprecio a la gente joven pese a su híper formación, las desigualdades sociales que crecen, las carencias más que evidentes del transporte público en estas islas que se denominaron ¿afortunadas?; la turistificación, acompañada de la construcción desaforada, del deterioro del paisaje, de la humillación a los habitantes locales. La locura, a la que todo parece abocar(nos).

Lean Supersaurio en plan jajá, qué graciosa es esta chica. Y reléanlo pensando. (Si quieren, claro). Para mí ha sido toda una experiencia (positiva), incluso aceptando el reto lordiano (por Audre Lorde) de la sección de agradecimientos. Y suscribo:

“Soy canaria. No sólo tengo el acento más sexy de toda España según varias encuestas, también poseo un tremendo umbral de tolerancia ante las adversidades” (pp. 25-26).

¡Gracias, Meryem, por esta novela! ¡Cuánto la he disfrutado!

Izaskun Legarza Negrín, Librería de Mujeres de Canarias (Santa Cruz de Tenerife)