Manifiesto de los Libreros
Con motivo de la celebración el próximo viernes 29 de noviembre del Día de las Librerías, queremos acercaros este pequeño Manifiesto “libresco” para recordaros la razón por la que el mejor lugar para hacerse con una buena lectura es una librería: De la misma forma que no hay dos personas iguales, tampoco las librerías lo […]
Con motivo de la celebración el próximo viernes 29 de noviembre del Día de las Librerías, queremos acercaros este pequeño Manifiesto “libresco” para recordaros la razón por la que el mejor lugar para hacerse con una buena lectura es una librería:
De la misma forma que no hay dos personas iguales, tampoco las librerías lo son: las hay grandes y pequeñas; algunas dan cabida a muchas materias, otras se especializan en un único tema; las hay que hablan lenguas; muchas dan cobijo a letras y dibujos para los más pequeños; otras nos llevan detrás de la gran pantalla o nos ofrecen un espacio para tomar un café.
Como no hay dos librerías iguales, os invitamos a que vengáis a visitarnos el próximo día 29. Nos gustaría mostraros nuestra diversidad, nuestra variadísima oferta, nuestro mimo a la hora de tratar los libros, para que podáis ser partícipes de la pasión que los libreros ponemos al desempeñar nuestro oficio. Nada nos gusta más que descubrir a un lector nuevos autores, recomendar una historia que nos ha parecido especial o charlar sobre los últimos títulos publicados.
Eso es algo que todas las librerías tenemos en común: la pasión por los libros. Los libreros somos gente enamorada de nuestro trabajo, disfrutamos con lo que hacemos: al seleccionar cada libro, al pensar cómo exponerlo, al leer todo lo posible para recomendar a cada lector el libro que mejor se ajusta a lo que busca.
Roberto Bolaño decía que “cada lector tiene la librería que se merece”. Por eso celebramos este día: porque queremos ofrecer a la sociedad la mejor librería posible. Cada persona que entra en una librería, no es un cliente, sino un amigo. Y estamos orgullosos de tener tan buenos amigos. Estamos convencidos de que quien se atreve a entrar a una librería, siempre vuelve.