Cinco libros sobre fútbol
CÓMO LLEGAMOS A LA FINAL DE WEMBLEY, de Joseph Lloyd Carr (Tusquets)
Un repartidor de leche convertido en imbatible guardameta; un viejo delantero del Aston Villa retirado que de repente necesita volver a las canchas debido a una conversión religiosa; un párroco mucho más hábil a la hora de lanzar saques de esquina que a la de salvar almas… Un equipo rural improvisado, aparentemente chapucero, lastrado por las bajas cuando es día lectivo… consigue lo que el título anuncia (aunque el título original destripa mucho más el desenlace…). Ya lo recomendamos aquí, y volvemos a hacerlo apasionadamente, no sólo por su título, tan adecuado a las puertas de la final de la Eurocopa 2021, a celebrar en el estadio de Wembley, sino porque es realmente una obra maestra, una delicia, un libro que se lee con una sonrisa permanente. Y en realidad se habla muy poco de fútbol en él, igual que en Moby Dick no se habla mucho de ballenas. Aquí se habla de la vida, de las rutinas de las gentes humildes, de trabajos y esfuerzos, de ilusiones y de sueños. Un libro maravilloso.
HISTORIAS DEL CALCIO, de Enric González (RBA Libros)
Igual que ‘Gaziel’ se iba a París, y Augusto Assía a Londres, y Josep Pla a media Europa, y Manuel Chaves Nogales a Rusia, sobrevolando todo el continente, y escribían libros intemporales sobre aquellos lugares… Enric González se fue el año 2003 a Roma para escribir crónicas para El País, y lo hizo con un tono y una altura que recuerdan al de aquellos cuatro periodistas geniales. Observador, culto, bien informado, curioso, inquieto, malicioso y hábil, González “llegó, vio y venció”, haciéndose enseguida una composición de lugar de lo que la liga de fútbol italiana era por aquel entonces (hablamos de la era de Berlusconi), y acertando a contárnoslo de forma magistral. El ocaso de Rivaldo o Vieri, la eclosión de Totti y de Kaká, la nostalgia de Ronaldo, el protagonismo de Del Piero, la errancia de Cassano… Quienes tenga memoria futbolística viajarán enseguida a aquel scudetto (que se llevó el Inter) con sólo oír esos nombres, pero González, por supuesto, va más allá de la cancha, y más allá de las gradas, y se mete en los despachos, conjetura sobre lo que sucede en los pasillos, saca conclusiones generales sobre la sociedad italiana. Dime cómo es tu fútbol y te diré cómo es tu psicología nacional, parece defenderse aquí, y se hace de modo muy convincente, memorable, perenne.
FIEBRE EN LAS GRADAS, de Nick Hornby (Anagrama)
Últimamente, al hilo del proyecto ese de la “Superliga”, el escritor Nick Hornby ha escrito artículos despidiéndose del fútbol tal y como él lo conoció y tal como lo entiende, que es como un deporte humilde, obrero, de barrio, donde la lealtad y la constancia son los mejores títulos (una tesis parecida a la defendida por Valerio Magrelli en Adiós al fútbol). Lo cierto, sin embargo, es que el Arsenal, su adorado equipo, fue el primer club inglés que llegó a jugar sin un solo inglés entre sus once titulares, adelantando el actual modelo de equipo globalizado, con la personalidad disuelta, pensando más en los accionistas que en el pueblo. Esa filosofía futbolera es la que había sostenido años atrás este ya clásico de los libros sobre deporte, toda una declaración de amor a unos colores a lo largo de veinte temporadas, con la exaltación de un ‘hooligan’ y con el cuidado de un escritor autoexigente.
ANGELÓPOLIS, de Miguel Pardeza Pichardo (Renacimiento)
¿Qué más podremos decir de nuestro admirado Miguel Pardeza? Ya recomendamos aquí este libro, cuando apareció, conmovidos todavía por lo que, pocos años atrás, habíamos leído en Torneo. Si éste era una novela de formación, la crónica de la llegada a Madrid de un muchacho andaluz, aspirante a futbolista de élite, en Angelópolis se habla más bien del ocaso mexicano, de la retirada, de lo que significa retirarse, casi desaparecer, esfumarse. Primorosamente escrito, minuciosamente explicado, éste es un libro de largos capítulos, de amplias digresiones, de dispersión deliberada y significativa. No es para quien busque chascarrillos futboleros o autoficción de vestuario, sino para el que tenga afán de cierta trascendencia literaria, insinuada ya en el título (que es el nombre original de la ciudad de Puebla, en cuyo equipo jugó Pardeza sus últimos partidos como profesional). Un gran libro, sabio y poderoso.
EL GOL NUESTRO DE CADA DÍA, de Francisco J. Uriz (ed.) (Vaso Roto)
Y resulta, casi a modo de prórroga, que también los (y las) poetas tienen cosas que decir sobre el balompié. Los versos son a la verdad lo que los penaltis al fútbol: todo o nada. O sí o no, sin medias tintas. O sirven o no, o cuentan o no, sin más. Y aquí el veterano e incansable traductor, poeta y dramaturgo zaragozano Francisco J. Uriz, que a tantos poetas nórdicos nos ha regalado a lo largo de décadas, recopiló poemas de todo tipo sobre el fútbol, en un libro magníficamente prologado, precisamente, por Miguel Pardeza. Aquí hay de todo, claro, y cada lector decidirá qué es lo que le sirve y le alimenta entre tanta variedad de estilos, formas, tonos y voces, desde Alberti hasta Heaney, desde Umberto Saba a Nicanor Parra, desde Henrik Nordbrandt hasta Clara Janés. Nosotros nunca jamás nos cansaremos de citar un alucinante poema del chileno Claudio Bertoni que descubrimos en este libro, y que sirve por sí solo para justificarlo: “Veo unas vacas / en una cancha de fútbol // dos pasan / rozando un palo // la tercera es gol”. He ahí algo, bestialmente revelador, que no sabíamos: una vaca puede ser un gol. Es una gran explicación de lo que es la poesía.