Vivian Gornick, ninguna deuda que saldar

Vivian Gornick nació en Nueva York en 1935 y es, definitivamente, una de las grandes escritoras vivas. Paladín del mejor feminismo desde los años 60, ha escrito para medios como The New York Times o The Nation. Antes de estas Cuentas pendientes que han merecido el Premio ‘Las Librerías Recomiendan’ 2021 en la categoría de […]

Por en Premios Las Librerías Recomiendan

Vivian Gornick nació en Nueva York en 1935 y es, definitivamente, una de las grandes escritoras vivas. Paladín del mejor feminismo desde los años 60, ha escrito para medios como The New York Times o The Nation. Antes de estas Cuentas pendientes que han merecido el Premio ‘Las Librerías Recomiendan’ 2021 en la categoría de no ficción, la editorial Sexto Piso había publicado otros tres títulos de Gornick: Apegos feroces, un libro sobre su relación con su madre que, con su enorme potencia autoficticia, mereció el Premio del Gremio de Librerías de Madrid; La mujer singular y la ciudad, un buen retrato de Nueva York y de la cotidianeidad de la autora en sus calles y con sus amigos, contado todo con esa sobrenatural agudeza suya, que la convierte en una testigo privilegiada de la sociedad contemporánea,  donde dice que “la ciudad tenía sentido porque hacía soportable la soledad”; y Mirarse de frente, una colección relativamente breve de siete ensayos que de nuevo incluía las notas más características de la escritura de Gornick: la capacidad de leer, de entender las relaciones humanas, sean entre personas cercanas o con desconocidos, y, en ese escrutinio constante, llegar, como si se tratara de una conversación lúcida, al encuentro con ella misma y con su visión del trabajo, del feminismo o, una vez más, de la soledad y de lo urbano.

Traducida por Julia Osuna Aguilar, reúne ahora en estas Cuentas pendientes algunas de sus reflexiones lectoras, dedicando páginas estupendas a releer a D.H. Lawrence, Colette, Marguerite Duras, Thomas Hardy, Delmore Schwartz, Elizabeth Bowen o Natalia Ginzburg, con calas estratégicas en W. H. Auden o Saul Bellow, al tiempo que, claro, habla de sí misma y de la libertad que concede la lectura con la fuerza y la actitud hipercrítica pero bienhumorada que ya le conocíamos, y que tanto nos hace disfrutar.

 

El jurado de los premios ‘Las Librerías Recomiendan’ ha considerado que “Cuentas pendientes es una nueva obra de plenitud de Vivian Gornick, y una impresionante reivindicación de la lectura y, especialmente, de la relectura. Pocas veces como en este libro hemos comprobado cómo los libros pueden acompañar una vida laboriosa, activa, fecunda, inquieta, curiosa y rebelde. La literatura o, mejor, la lectura, se presenta como una fortaleza contra cualquier clase de hostigamiento externos”.

El subtítulo del libro, “Reflexiones de una lectora reincidente”, ya confirma que esta insistencia en volver a los mismos libros es muy deliberada, y se medita sobre ella desde la breve “Nota de la autora” introductoria, donde no se puede ser más clara: “el tema de este volumen es la relectura”. En esa forma de exponer las cosas subyace, claro, la famosa sentencia de Montaigne al frente de los Ensayos. “el tema de mi libro soy yo”, algo que, así, suscribe tácitamente Gornick por medio del rodeo del homenaje implícito. Porque lo que vamos a encontrar en Cuentas pendientes es una gran celebración de los libros, pero sobre todo en lo que tienen de enaltecimiento de la propia vida. Al explicar cómo se leyó una habitación entera de libros en cuanto descubrió esa patria común de la lectura (desde los hermanos Grimm a Mujercitas), añade que “en lo sucesivo regresaría una y otra vez a esos libros que se habían convertido en íntimos compañeros para mí, y no sólo por el placer arrebatador de la historia e sí, sino también para comprender aquello por lo que estaba pasando en cada momento y cómo pensaba tomármelo”.

Juan Marqués, ‘Las Librerías Recomiendan’