“Doña Concha. La rosa y la espina” de Carla Berrocal
Carla Berrocal (Madrid, 1983) realiza en Doña Concha. La rosa y la espina, editado por Reservoir Books, un trabajo documental que va más allá de lo que sería un cómic biográfico. Una obra que además de abordar la vida de Concha Piquer, pionera en muchos sentidos, pone de relieve y reivindica un género tan denostado como la copla y a quienes se dedicaron a ella.
El franquismo se apoderó de la copla, la hizo suya, y aunque siguió siendo vía de escape para, sobre todo, muchas mujeres que podían cantar sus desventuras a través de sus desgarradoras letras, la copla fue víctima de la modernidad. España, con el fin del régimen, huía de lo casposo, del puro en la barrena, de todo aquello que le hacía seguir mirando la vida en blanco y negro.
La copla sin embargo ha resistido y encuentra defensores que difunden su valor social y cultural. Carla Berrocal, que descubrió este género musical gracias a su abuela, se adentra en él desde una óptica feminista y a través de una de sus grandes figuras, Concepción Piquer López (1906 – 1990). No es una biografía al uso. El cómic arranca en 1920, cuando la artista se dirige a Hollywood, acompañada por Manuel Penella. Al otro lado del Atlántico la Piquer triunfará y comprenderá que hay otra manera de entender y defender su profesión. En 1940 dirigirá su propia compañía, algo impensable para la época.
Con una buena ambientación, Carla Berrocal mezcla en Doña Concha momentos de la vida de la artista con entrevistas, sin que la obra pierda ritmo ni interés por parte del lector. Una obra que pone en valor la copla y a quienes se dedicaron a ella.