Cómics de la semana - Zona Cómic

En diciembre de 2020 llegaba a las librerías Regreso al Edén, el último trabajo de Paco Roca. Fiel a su estilo, el historietista e ilustrador valenciano dibuja a partir de una vieja fotografía familiar un fresco sobre la España de la posguerra a través de una de aquellas familias humildes –reflejo de la inmensa mayoría de la sociedad que sobrevivía bajo la dictadura franquista–, con serios problemas para acceder al sustento, obligada a acudir por sistema al mercado negro para hacerse a duras penas con una alimentación básica diaria.

Regreso al Edén es una de sus mejores obras, aunque esta afirmación carece de sentido porque es el mismo comentario que hacemos todos cuando publica un nuevo cómic. Pero sí que podríamos decir que es quizás la más ambiciosa. Plena de recursos autobiográficos, Paco Roca realiza un homenaje a todas las mujeres de la posguerra inspirada en la figura Antonia, su madre . El autor emprende un viaje a través de la memoria de su madre, llena de huecos que debe rellenar. La memoria siempre como parte de su trabajo. Como ya hizo en La casa, un cómic que surge tras el fallecimiento de su padre. Es en ese instante cuando Paco Roca siente la necesidad de no dejar que se le escapen los recuerdos de su madre, Antonia. Él mismo nos lo cuenta en la entrevista que Koldo Azpitarte le hace en el núm. 90 de la Revista Z.

“No quería hacer la historia de mi madre, sino que deseaba distanciarme un poco de una biografía tradicional. Por eso ni se nombra que es mi madre ni quería que Paco Roca fuera el narrador. Para encontrar la semilla de esta historia habría que retroceder hasta el cómic La casa. Como decía antes, La casa surge de la muerte de mi padre cuando me puse a preparala me di cuenta de que nos sabía mucho de su vida más allá de lo que todos conocemos de nuestros padres. Tan solo llegué a rellenar un par de páginas enumerando lo que sabría de él. No quería que me pasara eso con mi madre y, aunque no tenía claro que fuera a hacer una historia de su vida, me planteé grabar a mi madre, que ya tiene 88 años, y a mis familiares, que rondan todos también los ochenta, como testimonio para un futuro. Recopilando información apareció la foto de ese día de playa sobre la que gira la historia de Regreso al Edén. Recuerdo esa foto de toda mi vida porque, como ocurre en el cómic, estaba bajo el cristal de la mesilla de noche, que es el sitio en el que las personas mayores guardan sus recuerdos más queridos.

Cuando me puse a grabar los recuerdos de mi madre, ella me contó que esa foto era la única que tenía de su madre,. Cuando murió mi padre y madre se mudó a casa de mi hermano, esa foto se guardó con un montón de trastos y fue tras hablar con mi madre de sus recuerdos cuando la busqué. Ese fue el verdadero chispazo que dio lugar a la historia, el intentar contar algo alrededor de esa fotografía.

Por medio de la ficción podría cumplir un sueño que creo que todos hemos tenido alguna vez, entrar en la foto y mirar más allá del encuadre o del momento en que se hizo.”

A partir de esa fotografía que su madre siempre tuvo en la mesilla de noche, una sencilla imagen familiar en la playa de Nazaret (Valencia), Paco Roca arma un cómic maravilloso, equilibrado y emocional en el que da voz a los que nunca tuvieron voz. Personajes anónimos que vivieron los duros años del franquismo y que no tuvieron un papel preponderante en la historia. Personajes cuya única finalidad en la vida fue salir adelante en un país lleno de dificultades, viviendo en una dictadura que jamás contó con ellos para nada.

Regreso al Edén es un cómic donde no faltan los recursos narrativos donde el autor se permite la experimentación y que nos ofrece en un formato apaisado. Un dibujo de trazo limpio donde el color juega un papel fundamental. Paco Roca usa tres tonos de colores diferentes que separan las épocas, lo que permite al lector saber en que momento de la historia nos encontramos.

¿Qué sucede cuando un pasatiempo infantil se convierte en tu verdadera profesión? Adrian Tomine (Sacramento, 1974) reúne en La soledad del dibujante las crónicas más divertidas sobre la fama, los fans y otras incomodidades. El cómic se convierte así en todo un ejercicio de honestidad por parte del autor, un trabajo autobiográfico con grandes dosis de humor e ironía. Tomine se aleja de esa aureola de estrella del cómic que rodea a los grandes dibujantes para mostrarnos aquellas situaciones que más le han marcado en su carrera. Momentos que no son los más brillantes, sino aquellos otros que le han dejado un recuerdo negativo: giras caóticas, entrevistas desastrosas y difíciles interacciones con otros artistas.

Mientras los conflictos debilitan su relación con la industria del cómic, la vida personal se abre paso actuando como contraposición redentora. Concebido como un cuaderno de sketches, los episodios más hilarantes se intercalan con otros de intenso calado emocional revelando a un Tomine íntimo y confesional.

En La soledad del dibujante, publicado por Sapristi, su impecable estilo se eleva a sus líneas más puras y, gracias a este dibujo esencial, el boceto en blanco y negro transmite la profundidad humana de la forma más cruda y directa.

LAS LIBRERÍAS HAN DICHO:

“Un cómic autobiográfico sincero y directo que habla sobre los miedos e inseguridades de todo creador de historias. Un viaje a través de la vida de uno de los autores independientes más interesantes. Lleno de sinceridad y sentido del humor. Muy recomendable” Librería Universal Cómics (Barcelona).

“En La soledad del dibujante Tomine mezcla el autoescarnio autobiográfico… con un cómic costumbrista de toda la vida y aún le queda tiempo para hacer una reflexión sobre la soledad y la incomunicación… Un relato real como la vida misma con el que Tomine sabe llevarnos a su terreno y conquistarnos, una vez más, contándonos la miseria de la soledad del dibujante.” Librería Banda Deseñada (Vigo)

“A modo autobiográfico Tomine nos cuenta por medio de anécdotas la vida de un dibujante que se enfrenta solo a la industria del cómic. La inseguridad, los fans, los otros dibujantes, la vida personal, los eventos, las editoriales… todo cabe en este cómic que nos arroja un poco de luz sobre una profesión que muchas veces idealizamos.” Ismael Contreras, de Librería Generación X (Madrid).

OTROS TÍTULOS

En su anterior trabajo, Intrusos, Adrian Tomine se reivindica como uno de los grandes creadores más significativos del cómic contemporáneo y como una de las grandes voces de la literatura moderna norteamericana. A través de seis historias interconectadas, oscuramente divertidas, Tomine desarma al lector con el gesto preciso y la emoción gráfica exacta que retrata la vida contemporánea.

Otros títulos de Tomine son: Escenas de un matrimonio inminente (Sinsentido), Rubia de verano (La Cúpula) o Sonánmbulo (La Cúpula).

La soledad del dibujante fue uno de los cinco cómics del mes seleccionados por las librerías especializadas de la Red Zona Cómic (CEGAL) para su póster de octubre de 2020.