Batman: Odisea (Recomendado MAR 2013)
Título: Batman: Odisea
Autor: Neal Adams
Editorial: ECC Ediciones
Páginas: 360 (Color)
ISBN: 978-84-15748-30-4
Formato: 17,50 x 26,50. Cartoné
Precio: 30,00 euros
En la década de los setenta, el binomio formado por Dennis O’Neil al guión y Neal Adams al dibujo fueron claves para redefinir el personaje de Batman. El primero lo redirigió a un público menos inocente y más adulto, convirtiendo al encapuchado en un personaje más aventurero, más detectivesco, más oscuro. En definitiva, más pulp y menos pop. El segundo supo imprimirle desde el punto de vista gráfico y narrativo el dinamismo y realismo que el nuevo Batman necesitaba, alejándolo del acartonamiento infantil que le aquejaba desde hacía años. Ambos salvaron un personaje que iba a la deriva, y su trabajo no sólo fue el impulsor del Caballero Oscuro que ahora conocemos, sino que plantaron las bases del nuevo cómic de superhéroes.
Cuarenta años después, y con cincuenta años de carrera dedicados al cómic, Neal Adams vuelve para ofrecernos Batman: Odisea, un homenaje a esa época y al tipo de tebeos que se hacían en los setenta. El guión, que intencionadamente prescinde de la continuidad actual o pasada del personaje, es una excusa perfecta para que el artista revisite lugares comunes y le brinda la posibilidad de volver a sus personajes más queridos, no sólo Batman y Robin, sino también otros como Deadman o Superman, incluida toda la galería de villanos del encapuchado, con especial atención al emblemático Ra’s al Ghul y la inevitable Talia. Esta obra, que destaca más por su apartado gráfico que por su guión, le permite además reencontrarse con viejos colegas y alumnos, como es el caso de Bill Sienkiewicz, sin duda uno de sus más aventajados discípulos.
Batman: Odisea supone el regreso de uno de los grandes, es una suerte de testamento gráfico de Neal Adams, y también una declaración de intenciones sobre el rumbo que actualmente están tomando tanto Batman como el resto de superhéroes. En la obra se plantean cuales son los límites morales de un justiciero, y el autor marca de forma meridiana la frontera entre lo que él considera héroes y villanos. Y aunque tiene muy claro cual es el camino que el público demanda, no es ese el que el autor desea recorrer ni el que desearía para Batman. Tal vez ahora sea demasiado tarde para detener el tren que tanto Neal Adams como Dennis O’Neil pusieron en marcha hace cuarenta años.